Cómo escribo y qué me propongo al escribir
Me he alejado de todo y de todos, para acercarme más a ti. Estoy sola sentada frente a tu ventana recargada en tu sillón , puedo ver las gotas de agua caer y estrellarse en el cristal, la lluvia no ha cesado aun, el cielo se ve gris y la luna se esta guardando, la luz volverá dentro de poco y habrá que regresar a fingir, a mentir, a pretender, a portar una de las tantas formas que la mente nos permite adoptar, ya una vez me habías dicho que soy un camaleón, que tomo forma según mi conveniencia, que me adapto al medio tanto que llego a perder mi esencia, y no se si eso sea del todo cierto, pero no quise discutir en su momento ni lo haré ahora por que se que en parte tienes razón como en todo lo que tu dices. Esta vez estoy aquí tratando de demostrarte abiertamente quien soy yo, sin esconderme, sin adaptarme, sin matizar lo que soy, simplemente lo que se que hay, no quiero reprimir nada, ni por miedo, ni por precaución, esta vez no es un juego y no luchare por ganar, no eres mi rival ni yo el tuyo, no quiero tratar de convencerte, ni sorprenderte, mucho menos de humillarte, el fin de estas letras es que me veas tal cual soy.
Tenia miedo, no miedo de ese que te corroe hasta en los sueños, que se manifiesta a cada instante y provoca que la sangre se congele en el pecho y falte el aire, no, tenia miedo, miedo a no ser capaz, de ese miedo que de una u otra forma te impulsa a hacer las cosas, tenia miedo de que nos hace andar en bicicleta, si de ese que no importa que vallas a caer, pues sabes que el dolor no será mas grande que el gusto de haberlo logrado, tenia miedo no a escribir, no a escribir desde lo mas profundo que puede haber dentro del azul que me impregna en cada parte de mi ser, no a desnudarme mas halla de lo visible, no a eso, sino a ti, miedo simple y sencillamente de que pase después. ¿Cómo te explico? No me importa tu crítica, escucho tantas veces tus insultos referidos a mi persona que poco a poco se tornan tan normales que ya no dañan, adaptación, creo que lo llaman, es parte de la evolución y creo que en ese aspecto contigo ya voy avanzada. Ni lo que vallas a pensar de mi, pase lo que pase lo leas o no ya tienes un juicio hecho sobre mis actitudes y acciones así que eso tampoco cambiaria de sobre manera nuestra relación. Tengo miedo a que vallas a hacer con lo que te voy a dar, dicen que la información es poder y si tendrías mucho poder al abrir esta carta, pero no precisamente por lo que te cuento, sino por el simple hecho de ya tenerla en tus manos, y no se si sepas a lo que me refiero, sabes de todas formas que te lo voy a decir, así que no hace falta prolongarlo mas.
Hace unos años llovía de la misma manera en que sucede ahora, la madrugada despuntaba en el cielo y las estrellas se desvanecían tras el brillo del sol, tu dormías, tranquila en este sillón, yo te veía desde el otro extremo de la habitación y desde ese momento ya te amaba, respirabas lento y podía ver en tu rostro sereno, la pasividad de tus sueños, en ese instante la lluvia y tu respiración eran el único sonido dentro de mi mente, mirarte así simplemente tan cerca, me renovaba, me hacia sentir que no había mas mundo que los pasos que me separaban de ti, mas vida que la que tu y yo manifestábamos en ese momento, ¿como iba imaginar que todo cambiaria tanto y tan poco? Desde ese día en que la sombra de la lluvia se dibujaba en tu cuerpo, y el silencio nos embaucaba en un segundo eterno que para mi se convirtió de entera gloria a perpetuidad, vivo embelesada en ti, amándote con la intensidad que se manifiestan las tormentas y con la dulzura con la que las lluvias de junio llegan a una flor, desde ese día en que por primera vez no hablabas de que tan mala o desesperante soy, te amo.
La historia no te da el poder, si bien no el mas fuerte, el poder sobre mi te lo doy yo al quererte tanto.
No te pido nada, como la lluvia no puede pedirle a esa flor que siga ahí hasta el siguiente junio, no escribo esto en busca de que me aceptes, de que tomes de mis labios lo que he guardado para ti. Si lo escribo es por que lo siento y por que no puedo dejarlo ahí, esta hoja es el universo entero para mí y esta pluma es la ruta hacia mi eterna libertad y mientras pueda escribir seré libre.
Ya amaneció el sol ya brilla en su apogeo, ha parado de llover pero aun puedo ver la sombra de las gotas dibujándose en silencio sobre tu sillón vació, empieza la treta de nuevo y este camaleón regresa a jugar, veré de que color están vestidas las enemistades para disfrazarme a la par, ya llegara de nuevo la noche y yo volveré a escribir en busca de mi libertad.