jueves, 1 de mayo de 2008

Lo que he leído, lo que leo y lo que jamás leeré.





Parado frente a la puerta del umbral, temblando entre miedo, curiosidad y carencia, trato de revivir los recuerdos de esta historia que no es más que la mía. Me encuentro en un punto sin retorno donde la retórica es inalcanzable sino es a base de olores, letras, imágenes y sensaciones, quizás no recuerdo fechas y no podré ubicar días que para otros fuesen importantes, sin embargo descargo sobre este trozo de papel las manchas de la tinta que tiñen y tiñeron mi vida y que hoy le dan fin.
Trataré de llevarlos por el camino recorrido a base de versos que atravesaron de principio a fin mí, para muchos, poco notable existencia.
No recuerdo el día, ni la hora, ni el olor del jazmín colocado en la mesa de centro de la antigua casa de mi madre, sin embargo recuerdo haber leído un tibio beso de mi ella sembrado en mi frente, que versaba como un poema de Tagore recitado a un niño que espera la noche para tocar la punta de un arco iris en sueños cubiertos de fantasía, recuerdo también que antes de ese beso mi madre lloraba amargamente junto al balcón de su recamara y que en sus lagrimas se escribía la despedida de mi padre que jamás volvió a atravesar el arco de la casa.
Recuerdo haber leído la brisa de esa primavera, haber encontrado en ella la miel que solo se transmite de un enamorado, y haber escrito años después con esa tinta sobre los labios de mi primer amada. Encuentro en mi alma la palabra guardada bajo llave que yo, sólo yo logre leer, entre los calidos pétalos de mi rosa de verano, de aquella dulce hada que después lograra llamarla esposa. Recuerdo en sus ojos los idilios de amor escritos hacia mi persona a golpe de corazón. Leí a viva voz la palabra padre de su vientre, leí en los ojos de mi pequeño las palabras que a su edad encontraba tan solo en el espejo, relate largas historias de amor, pasión y vida, escritas en las líneas de mi mano de otoño.
Hoy mi vista esta nublada, mi percepción me falla a veces, mi mirada no es tan clara, pero aun puedo leer, pues yo leo con el alma.
En este momento desde esta habitación escrita en palabras carminadas, entre grises y penumbras, con hiriente frío de la irónica vanidad de la vida, en este invierno cruel, aun encuentro frases que me alientan a escribir, lo que posiblemente tú leerás cuando yo ya no me encuentre. Encuentro una oración dibujada en el aire que me brinda alivio, percibo en las alas de aquella ave que vuela tranquila un susurro en letras pequeñas de un regalo de dios.
Puedo leer en la tormenta la fuerza con la que debe pelearse esta batalla y en los relámpagos leo el estruendo que también puede brindar la clara luz.
En la luna leo un párrafo de aquella carta de mi hijo que no es mas un pequeño, en la que me cuenta de su triunfo y de su anhelo por vivir, en la que entre líneas espera que lea que me ama y me pide perdón por la soledad en que me ha delegado, después de haber escrito para él.
En esa estrella azul leo un “te amo” de mi rosa, que no ha perdido su olor aun habiendo quedado marchita.
Puedo leer el silencio, puedo leer mi agonía, puedo leer mi locura de estar tan cerca del declive final, puedo leer mi nostalgia, puedo leer mis últimos versos, puedo leer la mirada que jamás olvidare de aquel enero de gloria que aun llevo en mi mente, puedo leer mi vació, puedo leer mi amargo atardecer en decadencia.
Pero sé que jamás podré leer esas mis últimas palabras, que quedarán escritas sobre el hogar que guarde mi cuerpo en este mundo de letras y suspiros, jamás verán mis ojos el epitafio escrito en lo que será mi tumba.

9 comentarios:

OTTO dijo...

lo considero un poco dramatico, o un mucho dramatico, nada simple bastante complejo.
Me alegra haber comprobado de primera mano, que todo es cierto del comentario de mi ultimo blog, GPE2A

Alejandro Vargas dijo...

Recuerdo esto y se me hizo genial porque mientras muchos poníamos los libros que no querríamos leer, tu escribiste las cosas que no leerías, lo que leías, etc. Una muy buena forma de cambiar las cosas.

Carlos Anguiano dijo...

otra vez me cuesta trabajo poder opinar sobre lo que escribes, me gustó mucho como ya es costumbre, pero no se que palabras usar para no ser redundante, me llama mucho la atención la forma en la que abordaste el tema, creo que fue lo mismo que dijo Kurt C creo fue algo de retorica y lo pintaste de una forma muy sencilla entender y al mismo tiempo dejaste una escala amplia de matices, me gusta la forma en la que escribes, si eso cuenta... no dejes de escribir ¬¬

Samo dijo...

un poco complejo, para mi, pero me gustó la forma en la que plasmas la idea de lo que leeras, lo que lees y lo que no leeras

Ryuyin_Ovi dijo...

Buena forma de describir todas las formas que hay de leer una vida.

Habeces con sus alts y otras con sus bjass, pero todo es parte de nuestra lectura de vida.

Te quedo genial!!!!

Anónimo dijo...

Saludos, Brenda. Espero que estés muy bien.

Me gustó mucho este escrito. Es en verdad poético.

Hacer una lista de libros, por ejemplo, habría sido efímero. Pero esto es arte.

De lo que has escrito y he leído esto es de lo que más me ha gustado.

Cada vez veo más claramente que eres una muy buena escritora ;)


Ciao.

Alanocturna Tatsel Armageddon Iul dijo...

y de todas formas podre pues recuerden leo con el alma y con el corazón.....

hermosa te felicito me gusta mucho gracias pro compartirlo

Anónimo dijo...

Tienes buen gusto para describir emociones, usas muy bien las comparaciones. Por partes melancolico, obscuro, por otras tiernas, radiantes. Llevas al lector de un extremo a otro sin cambiar el rumbo. Muy buenas combinaciones y el final de lo mejor.
Felicidades, me encanto.

Anónimo dijo...

wow O_O ke te puedo decir pekeñita... cielos no se komo le haces ... pero es muy bueno tu trabajo

sigue hechandole ganas pekeña ñ_ñ



KARLACECY