Entre Tango y Vino Tinto
La noche pasaba lejana en el silencio vació del rumor de la gente, las cenizas de su cigarro se esparcía sobre mis suspiros. Y lento y callado el humo subía hasta el techo perseguido por mi mirada, que se acunaba en sus curvas. Tus ojos me embriagaban de un algo, sin sabor a mucho que se quedaba en mi, un tango se introducía en mis pensamientos y entre nuestra muda conversación, tu mirada ahora si me decía algo y confesaba ser y estar perdida por otra, que no era yo. Pero tu mente se aferraba a mi falda, emborrachada en ti, en tu deseo dejé que la pasión fluyera a través de mi. Bailé contigo en el silencio entre la neblina de tabaco y el perfume de un ayer y en ese tango de los dos te dejé correr entre tango y vino tinto. . .