miércoles, 3 de junio de 2009
Dejame
Deja que te calme con silencio, que te regale mis mudas palabras de paz.
Del cielo cayó una lluvia de fuego ardiente que destruye todo lo que logra tocar. El agua, los bosques, la brisa, las sonrisas y las voces de los que querían gritar.
Calló sobre mi y no pude ni sentirla, cerré los ojos al verla venir, pero al abrirlos no había pasado nada. Mi piel, toda yo estaba intacta. Miré en busca de ti y te encontré parado caminando encima de los destrozos de esa lluvia infernal. Parte de los sueños de los dos eran ya sólo cenizas, pero esa no era razón para llorar.
Dejame que te tome en mis brazos, que te cante una canción que nadie más pueda escuchar, dejame creer que en esa melodía puedes encontrar un poco de paz.
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